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domingo, 28 de abril de 2013

Chistes



En una feria, un hombre se topa con la tienda de campaña de una adivina. Pensando en pasar un buen rato, entra en ella y se sienta.

—Puedo ver que es padre de dos —dice la vidente, mirando su bola de cristal.
—¡Ajá! Eso es lo que usted cree —dice el hombre con desdén—. Soy padre de tres.
—¡Ajá! —dice la adivina—. Eso es lo que usted cree.


Un hombre le dice a un amigo:

—Mi esposa está en una dieta de tres semanas.
—¿De verdad? ¿Cuánto ha perdido hasta ahora?
—Dos semanas.


José, Miguel, María y Tomás hablan sobre los empleos de sus sueños.

—Me gustaría ser abogado —dice José—, para así poder defender a mis compatriotas.
—Me gustaría estar en el congreso —dice Miguel—, para proponer leyes que beneficien a mis compatriotas.
—Yo quiero ser doctora —dice María—, para poder atender a mis compatriotas.
—Y tú, Tomás, ¿qué te gustaría ser? —preguntá José.
—¡Yo quiero ser compatriota!


El médico le pregunta a su paciente:

—¿Ha seguido mi consejo de dormir con la ventana abierta?
—Sí —.
—Entonces, ¿ha desaparecido por completo el asma?
—No —dice el paciente—. Pero sí han desaparecido mi reloj, la televisión, el reproductor de música y la computadora portátil.


En pleno otoño, los indios de una reservación muy lejana le preguntan a su nuevo jefe si el próximo invierno será frío o templado. Ya que el jefe pertenece a una generación moderna y jamás aprendió los viejos secretos de sus ancestros, mira al cielo y no puede predecir qué va a suceder con el clima. Aun así, les advierte que recojan leña. Como es un hombre práctico, poco tiempo después llama por teléfono al Servicio Meteorológico Nacional.

—¿El próximo invierno será muy frío? —pregunta.
—Es probable —le contestan.
El jefe vuelve con su pueblo y les dice que se pongan a juntar más leña.
Una semana después, llama de nuevo por teléfono.
—¿Será un invierno muy frío? —vuelve a preguntar.
—Sí, será un invierno muy frío —le responden.
El jefe vuelve a ordenar a su gente recolectar toda la leña que puedan.
Dos semanas más tarde, el jefe hace otra llamada telefónica:
—¿Están seguros de que el próximo invierno será muy frío?
—Completamente —le contestan—. Va a ser uno de los inviernos más fríos que se hayan conocido.
—¿Y cómo están tan seguros? —indaga el jefe.
—¡Porque los indios están juntando leña como locos!


Una mujer frota una lámpara y aparece un genio.

—Eres una buena mujer, así que te concederé un deseo —dice el genio.
—¿Ves ese gato? Es la única compañía que tengo, pero me gustaría tener a un hombre guapo y fuerte a mi lado—dice la mujer.
El genio acepta y, ¡puf!, el gato se convierte en un hombre parecido a Brad Pitt, con los músculos abdominales marcados. La mujer salta a su regazo y lo cubre de besos.
—¿Tienes algo que decir antes de que hagamos el amor? —le pregunta.
—Sí —responde el hombre—, apuesto a que desearías no haberme castrado la semana pasada.


Un hombre llama por teléfono a un popular conductor de radio y le dice:

—Acabo de encontrar una billetera con 100.000 coronas dentro. Tiene el nombre y dirección de alguien llamado Jan Ziegler, que vive en la Calle Seifert número 3, en Praga.
—¿Y? —pregunta el conductor— ¿Qué quiere que hagamos?
—¿Sería tan amable de dedicarle una canción a este hombre?


Tras una persecución a alta velocidad, a  Vlad lo detiene un oficial de policía.
—¡Ésta es la mayor diversión que he tenido en todo el día! —exclama el oficial—. Si me da una buena excusa, no le daré una multa.
—Hace tres semanas —le explica Vlad—, mi esposa me dejó por un policía. Así que cuando vi que usted se acercaba en su auto, ¡creí que trataba de devolvérmela!

Debido a la recesión económica actual, para ahorrar costos de energía se apagará la luz al final del túnel. (Dios)


Una vecina encuentra a un niñito sentado en las escaleras, llorando.

—¿Qué sucede? —le pregunta la mujer al pequeño.
—Es que mi padre —responde el niño entre sollozos— se golpeó el dedo con un martillo.
—Entonces, ¿por qué lloras tú?
—¡Porque me reí primero!


Una maestra les dice a sus alumnos de nivel preescolar:

—¡Apúrense o llegaremos tarde!
—¿Cuál es la prisa? —pregunta uno.
—Si llegamos tarde, perderemos su siguiente clase —le dice la maestra.
—Si tiene tanta prisa —responde el niño—, ¡váyase sin nosotros!

Conversaban dos politicos entre ellos, uno de ellos era ateo, y al preguntarle el otro acerca de cierto tema:¿ me estas diciendo la verdad?, el ateo le responde:¡ te lo juro por dios!.











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